Psicología para niños y adolescentes, ha de estar al servicio del sufrimiento familiar.
Tiene como objetivo ayudar a los padres a comprender los comportamientos de sus hijos/as y por otro, dotar a los niños y adolescentes de ciertas herramientas para manejar su malestar.
Los padres suelen tener infinitas dudas e incertidumbres sobre si lo que les ocurre a sus hijos es normal o si se pasará con el tiempo.
”Nadie nace sabiendo sobre el desarrollo evolutivo de los seres humanos y es cierto que lo que se considera preocupante o sencillamente un hito del desarrollo evolutivo del niño tiene mucho con ver con la edad
Psicología para niños y adolescentes
La terapia infantil tiene que recoger siempre en un primer momento a los padres, tutores o cuidadores principales del menor.
La primera sesión será por tanto con ellos, con la figura (o figuras) de referencia con las que convive. Seréis vosotros quiénes transmitiréis en primer lugar vuestras preocupaciones, consultas y visiones sobre el problema que acontece.
En el caso de la terapia con adolescentes mayores, cercanos a la mayoría de edad, puede ser conveniente, si se acuerda previamente, que la primera sesión sea con el hijo/a.
De este modo se inicia un proceso en el que el paciente siente que es el centro de la terapia, que acude a un espacio seguro que no ha sido previamente presentado por sus padres/tutores.
Cuidar este pequeño detalle puede ser clave para que el adolescente confíe en el/la psicólogo/a y se inicie una buena relación terapéutica.
A la hora de pensar en terapia infanto-juvenil es fundamental hablar de las edades de los niños. No hay que ser rígidos, en estas clasificaciones se debe valorar siempre que cada desarrollo es distinto, que cada niño/a alcanza hitos dentro de un rango y no justo cuando se cumplen ciertas edades. La siguiente clasificación es, por tanto, orientativa.
Psicología para niños de 2 a 5 años
Entre estas edades se suceden infinitos cambios que pueden preocupar mucho a los padres.
El hogar debe ser el espacio seguro donde los hijos/as empiecen a desarrollar y dominar funciones biológicas fundamentales como el andar, empezar a comunicarse, alimentarse o hacer pis o caca. Además, los padres (tutores, cuidadores/as, familiares cercanos) deben funcionar como una base segura desde la cual puedan explorar el mundo con tranquilidad y confianza.
Desde la socialización en la escuela infantil podemos empezar a observar cómo se relaciona nuestro hijo/a con personas desconocidas, cómo interioriza las normas, los límites o se adapta a situaciones nuevas (a priori no seguras).
Los principales motivos de consulta psicológica para niños entre 2 y 5 años tienen que ver con los terrores nocturnos, dificultades para dormir, miedos o fobias, enuresis/encopresis (el no control de esfínteres a edades a las que ya deberían retener), manifestar ansiedad (llanto incontrolable o inquietud persistente) cuando se queda solo/a o si presenta algún cambio repentino de comportamiento o estado de ánimo que no conseguimos explicarnos por cambios importantes en su contexto o circunstancias ajenas.

Psicología para niños de 5 a 10 años
En estas edades comienzan a aflorar las dificultades de aprendizaje y los problemas de conducta. El paso a la educación primaria es un cambio muy grande que requiere de adaptación.
Han de aprender a estudiar, a hacer sus primeros deberes, responsabilizarse de su mochila, de prepararse por las mañanas para ir al colegio o incluso nos enfrentaremos a que elijan sus primeras actividades extraescolares (toma de decisiones, intereses o primeras aficiones).
Los principales motivos de consulta psicológicos entre estas edades tienen que ver con problemas de conducta: no aceptar las normas, tener una actitud caótica o desafiante, no adaptarse a los ritmos o exigencias del colegio, dificultad en la interacción de forma sana con sus compañeros/as (pegar, enfadarse mucho o directamente no relacionarse de ninguna manera).
También aparecen las dificultades de aprendizaje y los problemas de atención.
Psicología para niños de 10 a 12 años
Actualmente se considera que entre los 10 y los 12 años los niños están entrando en la preadolescencia. Generalmente suelen tener su primera aproximación a la tecnología de forma individual. Si no tienen su primer móvil sí presionarán para tener redes sociales propias y empezar un camino de individuación.
Empiezan a querer pasar más tiempo solos/as, a esconder cosas a sus padres/madres y cambian de forma de relacionarse con sus iguales.
Entre los motivos de consulta más frecuentes en estas edades se encuentran los problemas de ansiedad que pueden empezar a aflorar tanto frente a los exámenes, las relaciones sociales (demasiada inhibición o introversión) o la falta de interés por actividades que antes disfrutaba (apatía).
Suelen surgir casos de bullying o cyberbullying por lo que hemos de prestar mucha atención a sus cyber interacciones, al repentino rechazo a acudir a la escuela o a la aparición de síntomas físicos persistentes (dolor de cabeza, molestias estomacales, diarrea, etc).
También empiezan a aparecer los primeros cambios físicos y hemos de estar pendientes de cómo los entienden (para lo cual habrá que explicarles lo que están viviendo y no confiar en que lo descubran solos/as).
Estos cambios pueden generarles mucho malestar: problemas de autoestima, autoexigencia, alejarse de los iguales, etc.
Es muy frecuente que los padres/madres se sientan desbordados por la cantidad de cambios que acontecen y lo difícil que resulta de pronto acercarse a sus hijos/as.
Psicólogo/a especialista en TDAH
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) es uno de los motivos más frecuentes por lo que consultar con un psicólogo/a especialista.
Si bien es cierto que cada vez hay más niños/as con este diagnóstico, es una realidad innegable que la capacidad para focalizar la atención es cada vez más limitada.
La tendencia a la multitarea, el uso y abuso de pantallas y la sobreestimulación desde que los niños/as son muy pequeños ha disparado la incidencia de este trastorno.
En las aulas ya están acostumbrados a realizar las correspondientes adaptaciones curriculares para adecuar las clases a esta circunstancia, sin embargo, como padres/madres no se nos dota de las herramientas necesarias para el manejo de este trastorno en casa.
Además, es fundamental realizar un trabajo específico con el niño/a para que entienda lo que le ocurre y aprenda a gestionar situaciones que para sus compañeros/as no suponen un reto.
¿Cuándo acudir a un psicólogo infantil?
Aquí la premisa es clara y resulta independiente de la edad del hijo/a.
Si la situación te supera, si necesitas respuestas u orientación para manejarla o si te preocupan ciertos comportamientos, respuestas o emociones desbordantes de tu hijo/a no dejes de consultar con un psicólogo/a.
”La salud mental y el conocimiento psicológico tiene que estar al alcance de todos/as
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