El trastorno obsesivo compulsivo en niños y adolescentes, presenta diferencias significativas respecto a los adultos. Queremos ayudarte explicando detalles que debes tener en cuenta …
- ¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?
- ¿Qué compulsiones manifiestan los niños y los adolescentes?
- ¿Qué obsesiones tienen los niños y los adolescentes?
- ¿Cómo afecta el trastorno obsesivo compulsivo a los niños?
- La familia del niño con trastorno obsesivo compulsivo
- Creo que mi hijo puede tener TOC, ¿Qué hago ahora?
¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?
Como ya explicamos en otro artículo, el TOC es un trastorno de ansiedad que consiste en pensamientos recurrentes e intrusivos (obsesiones) que producen inquietud y preocupaciones, y conductas repetitivas destinadas a reducir la ansiedad de las obsesiones (compulsiones).
Para poder diagnosticar de trastorno obsesivo compulsivo estos comportamientos deben ocupar un espacio de tiempo importante e interferir en la actividad diaria del niño. No dejes de ampliar información sobre el TOC en el siguiente artículo.
Es común que los niños tengan rutinas o manías a la hora de comer, de vestirse, de acostarse, etc. De hecho los padres establecen esas necesarias rutinas para el día a día que, en general, suelen difuminarse a medida que los niños crecen.
El problema viene cuando no disminuyen con la edad, cuando se vuelven muy frecuentes, intensas o interfieren significativamente en la vida del niño.
”Resulta imposible salir a tiempo para llegar al colegio. No importa lo temprano que le levantes. Cuánto más temprano, más veces hace las cosas porque no están suficientemente bien hechas.
¿Qué compulsiones manifiestan los niños y los adolescentes?
Existen muchos rituales como el lavado o el aseo personal. La repetición de acciones buscando la perfección: iniciarlas de nuevo nada más terminarlas, hacer las cosas exactamente igual, etc.
También compulsiones verbales: hacer la misma pregunta continuamente, disculparse, decir palabras o números al azar, contar o hacer operaciones matemáticas en voz alta. También pulsar, tocar, ordenador, arreglar pequeños objetos o acumularlos.
¿Qué obsesiones tienen los niños y los adolescentes?
Los niños pueden preocuparse por ponerse enfermos, por la muerte, que hagan cosas mal o que ocurran cosas malas. Es común la idea de que las cosas tienen que estar perfectas o exactamente igual que la última vez.
Algunos niños tienen ideas intrusivas muy perturbadoras sobre que hacen daños a otras personas o pensamientos impropios de su edad.

¿En qué se diferencia el trastorno obsesivo compulsivo en niños?
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en niños y adolescentes se manifiesta de forma distinta que en el adulto.
Algunas de las obsesiones y compulsiones pueden ser parecidas pero la principal diferencia es que los niños no son conscientes, como puede llegar a serlo un adulto, de lo extraño de sus pensamientos o comportamientos.
No reconocen que sus síntomas no tienen sentido, que sus pensamientos no los comparten sus compañeros. Incluso pueden tratar de implicar a la familiar en sus rituales, insistir en que se coma de determinada manera o en que sus padres deben revisar cómo se lava los dientes para asegurarse de que lo hace bien.
¿Cómo afecta el trastorno obsesivo compulsivo a los niños?
Según va evolucionando, el TOC va ocupando gran parte de la vida diaria del niño. Los rituales requieren mucho tiempo, suponen que llegue tarde a la escuela, a sus actividades o a los momentos con amigos. Cuando la familia empieza a percibir las limitaciones que conllevan los rituales suelen generarse discusiones y aparecer irritabilidad familiar. Los pensamientos de perfeccionismo y el tener que repetir o revisar sus tareas afectan a su concentración en la escuela, al cumplimiento de las tareas e, incluso, a su asistencia.
Cuando el TOC inunda su tiempo libre, los niños se vuelven incapaces de disfrutar o divertirse con amigos. Se convierten en niños extraños para los demás, generalmente para los niños algo más mayores que le ven distinto de sus coetáneos.
Es común que existan rituales a la hora de acostarse que deben realizar para poder dormir y también a la hora de levantarse para poder salir de casa. Eso supone que suelen acostarse tarde y tener que levantarse antes, por lo que están cansados durante el día. Todos estos estresores los ponen tristes, explosivos e irritados.
La familia del niño con trastorno obsesivo compulsivo
Al principio los padres se pueden mostrar sorprendidos o incluso agradados por lo ordenado o perfeccionista que es su hijo. Pero pronto aparecen comportamientos extraños que confunden y desorientan a los padres.
Es normal que se frustren o asusten ante las respuestas desproporcionadas del hijo cuando no consigue terminar sus rituales.
”Es frecuente que los niños traten de implicar a los familiares en sus rituales y en sus obsesiones.
Los niños suelen buscar confirmación sobre sus actos en los padres, repitiéndoles constantemente las mismas preguntas, buscando complicidad en los hermanos pidiéndoles que realicen con ellos sus rituales, etc.
Sobrellevar el día a día con un hijo con este trastorno puede ser agotador. Aparecerá mucho estrés en casa, con una familia que nunca puede relajarse y unas rutinas diarias excesivamente tensas.
Los padres lucharán constantemente entre dejar que el hijo desarrolle todos sus rituales o tratar de limitarlos para que esté más adaptado (no pierda horas de escuela, etc). Pasarán por diferentes estados emocionales como frustración, tristeza, agobio, miedo, irritabilidad y culpa.
Con frecuencia se preguntan si su hijo se recuperará o qué futuro le espera con su enfermedad.
Pensando en todas las dificultades familiares que se sufren os dejamos un artículo con pautas para afrontar un TOC en la familia.
Creo que mi hijo puede tener TOC, ¿Qué hago ahora?
Si los síntomas de tu hijo le afectan al ánimo, le notas con humor cambiante y están empezando a interferir en su vida diaria es importe que consultes lo antes posible con un profesional.
Habla con el pediatra de tu hijo o pide una evaluación con un profesional, ya sea psicólogo o psiquiatra. Es importante encontrar uno que conozca bien el trastorno obsesivo compulsivo y que incluya a los padres en la terapia del hijo.
Esto merece ser aclarado, no se trata de acudir juntos a las sesiones, sino de que el psicólogo también dedique sesiones exclusivamente a los padres.
No olvides que eres el mejor apoyo para tu hijo y que, con el tratamiento adecuado, su calidad de vida puede mejorar considerablemente.
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