”Desde hace un tiempo está diferente, más irascible. Se encierra en sí mismo, apenas queda con amigos y cuando le pregunto qué le pasa se pone a la defensiva. Las notas han bajado, le cuesta ir a clase y se queda despierto hasta muy tarde por las noches. Se pone malo con frecuencia, le suele doler la cabeza y el estómago. Siento que el móvil le altera, se pone nervioso cada vez que suena.
El bullying es el maltrato físico y/o psicológico que recibe un niño por parte de otro o de otros, de forma continuada y deliberada con el objetivo de someterlo, asustarlo, conseguir algún tipo de beneficio o simplemente demostrar la superioridad en la que se consideran.
En un principio se consideraba bullying al acoso sufrido en el ámbito escolar pero en la actualidad no se limita solo a ese ambiente sino que se puede dar en todos los grupos de pertenencia.
No existe una edad concreta para este tipo de comportamiento pero suele iniciarse en la preadolescencia (10-11 años) y agravarse hacia los 13-14 años.
Es importante tener en cuenta que el bullying, en muchas oacasiones, no se circunscribe a agresiones físicas, sin embargo, el aislamiento por parte de los grupos de pertenencia, los comentarios vejatorios constantes y el sentimiento de impotencia que todo esto genera tiene el mismo impacto psicológico que cualquier agresión.
¿Cómo sé si mi hijo está sufriendo bullying?
Todo niño/a es susceptible de ser acosado. No existen patrones o características de personalidad que puedan ayudarnos a preveer esta situación. Sin embargo hay que tener en cuenta que los niños suelen valorar el mimetizarse con sus iguales, cualquier rasgo diferente puede ser objeto de burlas (aspecto físico distinto, ser nuevo en el centro escolar, tener gustos que difieran mucho de los demás, etc.). Por eso es fundamental educar en el respeto a la diferencia desde muy pequeños.
Los primeros momentos de acoso son difícilmente detectables por los padres. Pero al poco tiempo aparecen cambios significativos en los hijos: disminución en el rendimiento escolar, falta de concentración, silencios o falta de conversación con respecto al colegio, cambios de humor sin motivo aparente (irritabilidad, agresividad), rechazo a quedar con amigos, síntomas psicosomáticos (dolores de cabeza, de estómago).
¿En qué se diferencia el bullying del cyberbullying?
El cyberbullying es el acoso o maltrato a través de internet y las redes sociales. Es mucho más difícil de detectar pero su efecto es igual o incluso mayor que el del bullying.
Hay que tener en cuenta que para sufrir acoso tienes que estar en un lugar concreto, sin embargo el alcance de internet es infinito. El maltrato sufrido y los sentimientos que genera acompañan al niño hasta su casa y se quedan en su habitación.
La sensación de no tener escapatoria es aún mayor. Además las redes sociales son expansivas y la sensación de descontrol es enorme. Una foto o vídeo puede viralizarse en minutos.
Es muy importante tener control y conocimiento sobre el uso que los hijos dan al móvil y tener unas normas explícitas sobre el mismo. Desde EnMente recomendamos que hasta cierta edad, cuando hayan asumido la responsabilidad y aprendido el uso que pueden darle, los padres deberían tener acceso al contenido del móvil y redes sociales de los hijos.
¿Qué hacer ante el bullying o cyberbullying?
- Habla con tu hijo/a. Fomenta que te cuente lo que le ocurre, que se sienta seguro al expresarte lo que le pasa o cómo se siente. No victimices ni culpes a tu hijo por lo sucedido ni por cuándo te lo ha contado o cómo te has enterado.
- Aprende sobre bullying y cyberbullying. Lee mucho.
- Informa al centro escolar de la situación para que tomen medidas lo antes posible.
- Si el acoso sufrido ha sido durante mucho tiempo o los efectos de esta situación no se pasan, consulta con un psicólogo que ayude a tu hijo/a.
Si sospechas que a tu hijo le está pasando algo así en el colegio y no sabes cómo abordarlo, no dudes en llamarnos. Disponemos de un equipo de psicólogos especializado en bullying y cyberbullying.
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