¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta automática y natural de nuestro organismo que pone a la persona en disposición de afrontar situaciones amenazantes o que superan sus capacidades.
A menudo los hechos que inician un proceso de estrés son los cambios, incluso los cambios positivos, ya que exigen al individuo un sobreesfuerzo y se percibe amenazado el bienestar personal.
Es muy importante tener en cuenta que el estrés no siempre tiene consecuencias negativas. Su aparición representa, en ocasiones, una oportunidad para poner a prueba los recursos personales y fortalecer la autoestima.
Sentir malestar por estrés
¿De qué depende entonces que el estrés que padezco me genere malestar? La respuesta no está en los hechos amenazantes que nos activan. La misma situación es interpretada de diversas maneras por cada persona que la vive.
Lo importante no es lo que sucede sino la interpretación que hacemos de lo que nos pasa.
Sentir ese malestar dependerá entonces de las capacidades que tengamos para afrontar el suceso, de la forma de evaluarlo, del apoyo social que percibamos, de la tendencia de afrontamiento que tengamos (negar los problemas, huir de ellos, posponerlos…), etc. En resumen, de características personales (estables o cirscunstanciales).
¿Qué es el estrés laboral?
El estrés en el trabajo tiene que ver con las sociedades industrializadas donde la creciente o sostenida presión en el entorno laboral puede provocar saturación mental y/o física en el trabajador.
La mayoría de las personas han experimentado este tipo de estrés en algún momento de su vida. Tener que realizar una tarea en un plazo muy corto, presentar un proyecto de gran envergadura u optar a un ascenso son estresantes puntuales que remiten sin mayor importancia.
Sin embargo, cuando los problemas persisten el estrés puede cronificarse, comprometiendo seriamente el bienestar emocional y físico de la persona.
Algunos de los factores que suelen darse en el trabajo y que pueden desencadenar estrés laboral son:
- Soportar cargas de trabajo excesivas
- Percibir un salario bajo
- Tener un trabajo poco estimulante
- Pocas oportunidades de crecimiento profesional
- Ambiente de trabajo hostil
- Imposibilidad para separar trabajo y vida personal
- Turnos rotativos
- Consecuencias del estrés laboral
A corto plazo, las vivencias de este tipo de circunstancias pueden provocar malestar tanto físico como psíquico en el trabajador. Son habituales los dolores de cabeza, de estómago, los trastornos del sueño, los problemas de concentración y la irritabilidad.
Pero cuando las situaciones se prolongan en el tiempo pueden suponer consecuencias más graves para la salud como por ejemplo: trastornos de ansiedad, aparición de enfermedades cardiovasculares, debilitamiento del sistema inmunológico, depresión, insomnio, ataques de ira, entre otros.
El estrés destruye nuestra capacidad de frenar los impulsos. Nos convierte en un coche sin frenos que termina atropellando a las personas que más queremos.
Además, algunas personas utilizan métodos poco saludables para lidiar con el estrés (beber alcohol, consumir drogas, fumar, tomar medicación, comer compulsivamente, etc) que, en lugar de eliminar el problema, lo agravan.
Esta situación de tensión constante también afecta a nuestras relaciones intepersonales más cercanas y especialmente en el ámbito familiar. Es frecuente que aparezcan problemas de pareja o con los padres y que sean éstos los primeros en poner sobre aviso a la persona de que ultimamente no está bien, lleva un tiempo muy nervioso, está pagando lo que le ocurre en el trabajo en casa, no puede seguir así, etc.
8 recomendaciones para enfrentarnos al estrés laboral
- Establezca límites sanos: en la actualidad, con las nuevas tecnologías, es posible trabajar prácticamente desde cualquier lugar y estar disponibles 24h/7días. Esto hace que se difumen los límites entre el trabajo y la vida personal. Marcar un línea clara que diferencia dónde termina la jornada o la implicación laboral ayuda a contener los factores estresantes.
- Identifique sus estresores: aprende a identificar las señales que manda tu cuerpo cuando siente estrés, si tienes dolor de cabeza, molestias en el cuello o ansiedad por comer. Apúntate en el móvil durante una semana las situaciones estresantes que has vivido y cómo has respondido a ellas.Esto te ayudará a identificar patrones y factores desencadenantes.
- Desarrolle respuestas saludables: hay diversos métodos saludables para combatir el estrés. Se puede hacer ejercicio regularmente, reservar cinco minutos al día para una actividad de autocuidado, fomentar reuniones sociales en las que no se hable de trabajo, construir hábitos de sueño saludables, etc. Busca tus respuestas preferidas y reserva tiempo para llevarlas a cabo.
- Aprenda a relajarse: existen multitud de técnicas de relajación, respiración diafragmática, mindfulness, relajación muscular progresiva (tensión-distensión), relajación autógena… Prueba algunas para encontrar la que más te ayuda. En casos de estrés agudo se recomiendan los ejercicios de relajación muscular progresiva por su sencillez de aprendizaje y efectos inmediatos.
- Tómese un descanso: para evitar el agotamiento y el estrés crónico es fundamental tomarse un tiempo para desconectar y poder recuperarnos antes de que volver a nuestro alto nivel de funcionamiento. Son pequeños y necesarios respiros en nuestra jornada laboral.
- Hable con su supervisor y compañeros: está demostrado que mantener un ambiente laboral favorable facilita enfrentarse a periodos de estrés. Algunos jefes están abiertos a hablar sobre los estresores y a desarrollar planes de eficaces de afrontamiento.
- Aprenda a reconocer sus emociones: las emociones negativas como el enfado, el disgusto o la tristeza forman parte de nuestro día a día. No hemos de tratar de apartarlas o eliminarlas. Saber ponerle nombre a tus emociones te ayudará a lidiar con ellas y no sentirte sobrepasado o que te dominan y pierdes la razón.
- Busque apoyo: contar con la ayuda de amigos y familiares de confianza mejora la capacidad para afrontar el estrés de forma saludable. No olvidemos que generalmente también se ven afectados por nuestros periodos de estrés agudo y que existe la tendencia natural a pagarlo con ellos en lugar de apoyarnos en ellos. Trabajar en esta diferencia mejorará considerablemente nuestra sensacion de bientestar.
Es fundamental saber identificar cuándo podemos enfrentarnos nosotros solos a situaciones de estrés y cuando la situación nos está sobrepasando y afectando a nuestra salud mental, física y al bienestar emocional general.
Si nos sentimos como un coche sin piloto, sin frenos o sin posibilidad de guiar el volante, hemos de pensar en pedir ayuda a un psicólogo en Madrid.
También te puede interesar …
Queremos ayudarte
HORARIO
Lunes – Viernes
09:00 – 21:00
Avenida de América 27, 1º derecha | 28002 Madrid
Teléfono 686 57 47 56 / 652 31 56 07